Discóbolo de Mirón |
Las esculturas griegas son idealistas, ya que buscaban imitar al hombre que consideraban bello y retrataban la belleza que consideraban ideal. Eran también representaciones de sus héroes, que no eran necesariamente personas reales, más bien eran encarnaciones de los valores más importantes de su cultura.
Para los griegos, el símbolo de perfección era el cuerpo masculino, el cual era digno de admiración. Pero el espíritu era igualmente importante, y trataban de representarlo en sus esculturas.
Una de las características más importantes de las esculturas griegas es que son realistas, pero este es un realismo idealizado, en el cual el hombre es el protagonista.
Hermes con Dionisios niño |
Las esculturas griegas están divididas en 3 periodos:
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Periodo
Arcaico
Abarca
del siglo VIII a.C. al VI a.C.
En este
periodo las esculturas son muy grandes y presentan un aspecto rígido y poco natural,
los ojos son almendrados y el pelo es geométrico.
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Periodo
Clásico
Abarca
del siglo V a.C. al IV a.C.
Durante
este periodo se alcanza el momento de mayor esplendor en el arte griego. Los
escultores logran un equilibrio entre lo corporal y lo espiritual, además de
que las esculturas muestran un alto grado de naturalismo, serenidad y belleza
idealizada.
Algunos
artistas de este periodo son: Mirón, Policleto y Fidias.
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Periodo
Helenístico
Abarca
del siglo III a.C. al I a.C.
En ese
momento Alejandro Magno conquista Egipto y funda Alejandría.
Durante
este periodo cambia la concepción de la escultura y se valoran los sentimientos
y el movimiento. Los cuerpos son más expresivos al igual que los gestos.
La obra más
representativa de este periodo es Laocoonte y sus hijos.
Laocoonte y sus hijos |
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